TALLER DE CORTOMETRAJES. No seremos los primeros (tampoco los últimos) en preferir un cine mas cercano, al alcance de la mano, no solo para ver, también para hacer, para crear, para soñar y para inventar. Manso Cine es un espacio para la creación colectiva que utiliza como soporte el cine. Donde las preguntas se transforman en imágenes, las ensoñaciones en luces, los deseos en sonidos.

El cine nos alienta a contar sobre nosotros y nos cuenta sobre nosotros. Mansa tarea! Igualmente divertida!

domingo, 12 de julio de 2009

Diario LOS ANDES - 12 de Julio de 2006

Maipú: aprenden cine y filman sus historias

Desde marzo el taller del grupo "Manso Cine" convoca a vecinos de las más diversas edades. Una idea que apuesta al lenguaje cinematográfico para mostrar vivencias del departamento.


Las clases son gratuitas y pueden sumarse aquellos interesados en aprender las técnicas del séptimo arte.

domingo, 12 de julio de 2009
La posibilidad de acceder a un cine propio, más cercano y al alcance de todos tiene su lugar en Maipú. Desde marzo funciona en este departamento del Gran Mendoza un taller de cine que agrupa tanto a jóvenes como a adultos y donde todos tienen la oportunidad de contar sus propias historias a través del lenguaje cinematográfico.
Se trata de Manso Cine, un proyecto cuya idea se gestó hace algún tiempo pero que finalmente se concretó este año.
"Es un sueño para nosotros haber podido realizar el taller porque era muy difícil conseguir el financiamiento ya que la idea de esto es que fuera gratuito, abierto a todos aquellos que quisieran participar y debíamos cubrir todos los insumos", comentó Silvia Lucero (44) una de las coordinadoras del taller junto con Carlos Busoni (48), Patricia Frías (41) y Sergio Álvarez (43).
El grupo consiguió ser elegido por los propios vecinos en el marco del programa de Participación Activa Responsable (PAR) que lleva adelante la comuna de Maipú. En el mismo se destina una parte del presupuesto a iniciativas que surgen de los maipucinos. De esta manera, luego de que el proyecto fuera elegido en las asambleas, se le adjudicó una suma de algo más de 24 mil pesos para su ejecución.
Para llevar adelante la tarea de enseñar cine se contrató al director Adrián Biasiori (37) quien es el encargado de dirigir las clases.
"Hemos tratado de armar el taller en una articulación dialéctica entre teoría y práctica. También tenemos bloques de estudio para que los alumnos tengan una idea global del lenguaje cinematográfico y además vemos mucho cine", afirmó Biasiori. Esta última característica sirvió, según el cineasta, para que los alumnos ya no sean "espectadores ingenuos".
De acuerdo a lo que comentaron los coordinadores, la idea en un principio se pensó para adolescentes, de allí el nombre "Manso" como una palabra de uso común entre los jóvenes, pero asisten al taller vecinos de las más diversas edades: desde niños de 8 años hasta adultos que pisan los 50.
"El cine tiene una característica propia que es lo colectivo: el hecho de realizar algo en forma conjunta, de aprender a respetar roles. El trabajo en equipo es algo que se debe aprender", explicó el director del taller y aseguró que es esta característica lo que posibilitó la integración de todos los asistentes dado que cada uno supo ubicarse en un rol a desempeñar.
En total participan activamente del proyecto alrededor de 25 personas. Una de las ventajas del taller es se desarrolla los sábados por la tarde; así pueden participar tanto quienes estudian como quienes trabajan. "Hay gente que siempre quiso hacer cine pero que no puede llevar adelante la carga horaria que demanda una facultad; entonces encuentran esta alternativa", explicó Patricia Frías.
El grupo realizó la primera muestra de cortometrajes el 19 de junio. Allí se expusieron sus dos primeras obras: "Encuentro Cercano" y "Una mirada, una palabra". El primer corto abordó una historia con seres extraterrestres cuyo guión fue realizado por Yemina Álvarez de 14 años y dirigido por René Griffouliere de 48.
"Dirigir el corto fue algo soñado. Pude dejar volar mi imaginación. Era mi sueño y lo cumplí", contó René Griffouliere. El incipiente cineasta concurre al taller con sus hijos Constanza (12) y Mariano (8). Este último, a pesar de su corta edad, está en los preparativos de su cortometraje de animación cuadro por cuadro.
La segunda película fue dirigida y guionada por Sergio Álvarez, uno de los coordinadores del taller. Los encargados de articular las necesidades del proyecto con el municipio también forman parte del grupo de aprendices.
"'Una mirada, una palabra' busca rescatar una serie de valores y dar cuenta de la indiferencia que en la actualidad hay en la sociedad frente a ciertos actores como puede ser un mendigo", dijo Álvarez.
Las locaciones elegidas para dar marco a los cortometrajes fueron los mismos espacios colectivos, es decir, el propio barrio en donde se desarrolla el taller, como una forma de llevar cabo un cine más cercano y propio. En este sentido, los habitantes del Viejo Tonel I también fueron partícipes del cine.
"Los vecinos siempre tuvieron buena predisposición, a pesar de que a veces teníamos que cortarles las calles para filmar", agradecieron los coordinadores.
Según Adrián Biasiori, hay 12 películas en plan de filmarse en el próximo cuatrimestre. El equipo ya podrá contar con su propia cámara -hasta el momento la alquilaban- en la que invertirán alrededor de 6 mil pesos.